El tiempo pasa para todos y como no iba ser menos también lo hace para cada uno de los tejidos vivos que componen el organismo de nuestro perro. En este caso, el tejido cerebral de nuestra mascota sufre una degeneración paulatina que afectará a todo el sistema nervioso del animal.
Aunque las alteraciones neurológicas pueden tener lugar en cualquier momento de la vida del animal, son más frecuentes en perros mayores.
Las causas de la disfunción cognitiva canina no se conocen aun del todo bien, afectando principalmente a perros a partir de los 8 años y especialmente a los mayores de 11 años. Aunque no se ha podido demostrar que existe un vínculo entre la disfunción cognitiva canina (SDC) y la raza.
Aunque se ha observado una mayor frecuencia de estos síntomas en perros pequeños, que suelen tener vidas más largas y por ello viven lo suficiente como para poder desarrollar estos problemas.
Aparte del envejecimiento, existen otras razones para el origen de trastornos neurológicos en perros como son:
Debemos estar atentos a los posibles síntomas que pueden aparecer a medida que nuestro perro envejece, cambios de comportamiento, cambios fisiológicos, etc. que puedan conllevar un problema neurológico o demencia.
Se trata de una enfermedad con un diagnóstico complejo y basado básicamente en excluir otras causas orgánicas que generen este tipo de comportamientos.
La mayoría de los problemas neurológicos en perros mayores no tienen cura ya que no podemos regenerar el tejido cerebral. Sólo en aquellos casos donde el daño haya sido temporal (traumatismo, etc.) existirá posibilidades de haber un tratamiento.
Pero, sin embargo, sí que podemos mejorar la calidad de vida del animal con este tipo de disfunción ayudando a estimular la función cognitiva. Como, por ejemplo, con el uso de juegos de inteligencia, con la enseñanza de ciertos comandos y manteniéndolos activos mentalmente, sin dejar nunca de lado el ejercicio físico.
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